
EL HIMNO NACIONAL
ESNARES MAUSSA DIAZ
Rolando veía con interés a los asistentes al partido de fútbol cuando se colocaban de pie al sonar el Himno Nacional, siempre ocurría lo mismo, eran una gran cantidad de hombres y mujeres en el círculo de las graderías y que luego daban vivas a su equipo favorito. Así era también cuando en los actos cívicos de su colegio, los maestros mandaban a todos los estudiantes a colocarse de pie para izar
En todos los actos importantes que asistía, el presentador siempre decía: Primero, himno nacional, y seguidamente los asistentes se colocaban mecánicamente de pie y en un tono solemne cantaban las agradables notas. En realidad a él le gustaba la música, pero no comprendía la reacción autómata de las personas y luego de muchas preguntas y de testarudas respuestas fue comprendiendo que la mente de los hombres funciona basada en símbolos y que ese himno era uno de ellos.
Una tarea del colegio sobre los Símbolos y los Emblemas Patrios, lo llevó al Escudo Nacional, con su bandera acomodada, las enormes alas abiertas del cóndor, su cogote pelado y su corona de laurel. Allí leyó dos palabras que lo pusieron a pensar: Libertad y Orden.
Dicho “compromiso” lo condujo a
Al leer sobre
Una franja de color azul, representa los océanos que bañan nuestras tierras, los colombianos sabemos que somos privilegiados al estar ubicados en un sitio tan importante en el cono Sur Americano, somos la esquina que mira a dos mares, inmensos, vírgenes, azules, hermosos y muy ricos.
La última franja es de color rojo, simboliza la sangre que derramaron los miles de hombres que murieron en la guerra contra los españoles para ganar la libertad. Miles de mártires anónimos, hijos de campesinos, hijos de hacendados resentidos por carecer de privilegios y muchos héroes verdaderos, que sin importar los dividendos, ofrecieron su brillantez y hasta su vida.
Por orden del profesor del área de Ciencias Sociales, Rolando debió aprenderse de memoria la letra de las XI estrofas del Himno Nacional y su melódico coro. Conoció la letra de estrofas que nunca había escuchado por que en las estaciones de radio de su región y en la televisión institucional, jamás se escucha el Himno completo. Trató de comprender al autor y sus mensajes, pero varias de las palabras que allí se utilizan no son de uso cotidiano por estos tiempos, así es que recurrió al hipertexto de un cd room, una enciclopedia virtual leída por su computadora. Dio las órdenes de inicio e introdujo la frase “Himno Nacional de Colombia”.
Allí encontró una simulación de una conversación entre dos adultos de voz extranjera que pretendían un tono amigable y que decían: “El Himno. El himno es la patria, acomódese que le vamos a contar”.
Rolando sintió que la computadora personificaba a alguien por él conocido, que le hablaba en un tono familiar y hasta le respondía en tiempo real a sus preguntas. “El Himno de Colombia nos lo regalaron los bravos lanceros que ganaron la guerra de liberación, por allá por los tiempos de
Hasta que Nariño, Bolívar y sus bravos lanceros, difundieron las ideas de libertad y de autodeterminación y emprendieron una gran guerra por la liberación, no solo de Colombia, sino, de toda Suramérica. Con esta firme decisión lograron la independencia de cinco naciones y resolver muchas traiciones. Si analizamos bien el Himno de Colombia, es como hacer un viaje por los Andes, por los ríos y por las llanuras de América. Fueron muchos los héroes que murieron en la gesta, fueron varios los años de guerra para expulsar a los tiranos colonialistas.”
Pensó en lo aburrido que era tener que escuchar hablar a una computadora sobre historia ¿o acaso era de política? Pero justo cuando estaba pensando hacer un clic en “cerrar la ventana”, se activó el sonido, reproduciendo el Himno Nacional y apareció un video con varias escenas de militares con coloridos uniformes, batallas de caballerías y lanceros de sombrero roto y pies descalzos.
Cantó la pista emocionado, la música le parecía muy bonita, pero ¿Por qué dicen que no se puede bailar y que no se puede aplaudir? ¿La computadora podría responderle estas preguntas? Entonces apareció en la pantalla una linda diapositiva con el tricolor ondeante y que con el efecto de lluvia, fue dejando descargar una frase que decía:
“La tradición ha hecho de los himnos nacionales, canciones de alabanzas religiosas o patrióticas. Ellos aparecen con los estados nacionales, casi siempre los estados se han formado luego de cruentas guerras, así que los himnos representan el espíritu aguerrido del país, de sus gentes. Están constituidos por músicas marciales, marcial de Marte, o sea de guerra. La tradición los asemeja a simbologías de carácter sagradas, por ello se impide que se bailen”.
Rolando se asustó al pensar que la computadora podía estar leyéndole el pensamiento. Tocó, miró y revisó el monitor, luego
Se preguntó entonces por algunas ideas del Himno que no comprendía. ¿Qué es una gloria inmarcesible, cuáles son los surcos de dolores y si el bien germina allí, por qué hay tanto mal por estos tiempos en Colombia? Siguieron apareciendo diapositivas, mostrando hermosos paisajes colombianos y la gran variedad de su fauna, de su flora, de sus mares, de sus gentes. Vio unos de niños nadando alegres en un ancho río y otro grupo jugando a la ronda en loa grandes patios, vio árboles cargados de jugosos frutos, papagayos y loros volando sobre las aguas de una laguna y se asombró de que de eso no se hablase en las escuelas.
De repente la pantalla se hizo oscura y estuvo formándose el mapa de Colombia de diversas maneras, con espacios que se adentraban a otros países. En el colegio ya había hecho el croquis de Colombia varias veces y casi lo sabía hacer de memoria, pero ¿Estos mapas que se presentaban en la pantalla qué querían decirle?
El Himno, el Escudo y
Entonces, tal y como venía sucediendo, en la computadora apareció una animación donde un viejo con sombrero vueltia’o a la cabeza, con muchos años encima y de habla fuerte, reclamaba a unos “traidores de la patria” el haber entregado a otros países parte de nuestro territorio, tras haber firmado sendos tratados que demarcaban las fronteras. Y le mostró uno a uno cada mapa con diferentes fechas que representaban la disminución del territorio.
Con grandes letras de colores la animación le mostró una pancarta con una definición de la palabra PATRIA: Tierra natal a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, culturales y afectivos. La patria se siente, se vive y se padece.
Prosiguieron repitiéndose mapas diversos, al tiempo que la animación del viejo del sombrero se escuchaba en tono fuerte “En 1886 el artículo tercero de la constitución, plantea como límites de
El mapa que se forma incluyendo todos estos territorios, muestra una figura totalmente desconocida para los colombianos. ¿Será que no nos sentimos arraigados por la patria, no nos duele la tierra, o sólo es cuestión de conveniencia entre quienes ostentan el poder de decidir? Los vínculos jurídicos nos dan la ciudadanía, pero al carecer de proyecto de nación, difícil es reconocernos como sociedad consolidada.
Un estado que sólo incluye a unos pocos, no es reconocido por el conjunto de los nacionales, que constituyen una mayoría excluida y marginada. Con una realidad tan descompuesta, es justificable que los colombianos padezcamos una simbología descompuesta.
En estas condiciones llegamos al siglo XXI, período caracterizado por la internacionalización de la economía y los múltiples desarrollos científicos y tecnológicos; y por ende nos obliga a considerarnos y comportarnos como ciudadanos del mundo. Se derrumban las barreras nacionales, desaparecen las fronteras territoriales y los condicionamientos geográficos.”
Rolando no estaba acostumbrado a tratar temas de política, le parecían aburridos, pero éste que estaba tratando le intrigaba y por eso agradeció a su profesor por dejarle tamaño compromiso, se alegró de poder participar en las próximas clases, para explicarle a sus compañeros todo lo que había aprendido. En realidad ahora tenía más preguntas que respuestas, pero entre todos podrían responderlas.
En la pantalla de su computadora apareció ahora un icono de unas cadenas rotas y en el que se leía “Me sigues, has clic aquí”, Rolando lo dudó un instante, tenia ahora la oportunidad de salirse del disco, libremente podía decidir entre salir y continuar, pero la curiosidad lo condujo a hacer el clic indicado y a ver las variadas escenas que se presentaban en un video, escenas de guerra, de recibimientos heroicos, de ceremonias lujosas, de gobernantes en reuniones, de mendigos deambulando por las calles, de jóvenes en ceremonias de grados, de bandas musicales en concierto, de viejos y niños desnutridos y cercanos a la muerte.
Pensó entonces en otro término que encontró con frecuencia en los símbolos patrios, libertad. Que toda la historia nuestra, gira en torno a los deseos de libertad, así se denota en el Escudo, en
Pensó si en verdad ya cesó la horrible noche y si hoy la libertad es sublime como lo afirma tajantemente el Himno. Rolando no estaba seguro que hubiese cesado ya la horrible noche, al fin y al cabo sólo tenía que mirar a su alrededor y ver las profundas desigualdades entre los colombianos, ver los altos niveles de pobreza muy parecida a las imágenes que mostraba su pantalla. No había que hacer mayores esfuerzos para ver la salud que se ofrece en los hospitales y la mala educación que se imparte en las instituciones, las mismas estadísticas gubernamentales reconocen que la mayoría de los habitantes viven sin empleos y en la absoluta miseria, ¿Qué horrible noche impone un gobernante que se ufana de gobernar con autoridad la miseria?
Que la libertad de hoy sea sublime, también lo dudaba, había leído que la libertad es la garantía de vivir dignamente; pero que muy pocos viven así en estas tierras. Estaba recordando esa lectura cuando apareció en la pantalla unos apartes de los noticieros de televisión mostrando algunas escenas de la guerra que se padece actualmente y un señor de vestido militar afirmando que quienes no compartan la libertad que proponen los que tienen las riquezas, son aniquilados y que la libertad, como en la canción, “no es otra cosa que una ramera”, la única libertad de los pobre en estas latitudes es la de morirse de hambre, terminó afirmando.
Apareció entonces una frase: “Libertad es igualdad de posibilidades”, Rolando estaba seguro que no existía entre los colombianos esa igualdad de posibilidades, podía deducirlo de su experiencia cotidiana, de las imágenes que acababa de ver. Reflexionó entonces sobre la necesidad de construir una segunda libertad, para que libertad, justicia y paz sean más que tres prostitutas preferidas de la humanidad contemporánea.